La autora Gretchen Rubin habla constantemente sobre cómo mantiene una repisa vacía en uno de sus libreros como homenaje a todo lo que puede seguir entrando a su vida.
Hay cosas que se tiran fácilmente como revistas viejas, medicinas caducadas y calcetines rotos. Otras cosas no se tiran tan fácil. A través de mi proceso de orden inspirado en el libro de Marie Kondo de La Magia del Orden me he encontrado con un par de tips que me aplico constantemente y hoy con el fin de ser generosa les dejo mis aportaciones por si les son útiles:
Ya no compro extras: Antes me encantaba tener un mini stock de extras como pasta de dientes, cepillos, jabones, etc. Pero me pasaba constantemente que no me acordaba que los tenía e iba a la tienda, compraba más y luego acababa sobre pasada por jabones y sin espacio para ponerlos. Ahora si veo que algo se está acabando lo apunto y listo. No necesito espacio para extras olvidados.
Pienso 2 veces lo que entra a mi casa: Es muy fácil que entren cosas a nuestra casa que no queremos sin que nos demos cuenta. Como publicidad, un toper prestado, una bolsa, una taza que nos regalaron que no nos gusta. Ahora soy muy meticulosa en el proceso de selección de lo que compro, lo que recibo y lo que me regalan. Me tomo unos segundos para considerar si es algo que realmente quiero, necesito y/o me gusta. Si no cumple, no entra. Lo reciclo, lo dono o lo que sea, pero ya no entra a mi casa.
Si lo veo lo uso: Me ha pasado con mil cosas, desde comida en la alacena, productos de belleza, pulseras, bufandas, etc. Si no lo veo está fuera de mi radar y ni siquiera lo uso. Así que hago un gran esfuerzo por mantener espacios despejados para que todo lo que tenga esté a la vista y se use. Para eso están las cosas.
Apegos: Me pasa mucho con cosas que me regalan que en realidad no me gustan pero no tengo corazón para deshacerme de ellas. Con esto es un poco más difícil pero lo que me ha funcionado es guardarlos en una “pre bolsa para donar”. La guardo un par de meses si es necesario. Si en este plazo no me he ni acordado de las cosas las dejo ir dándole mentalmente las gracias a la persona que tuvo la buena intención de regalarme el objeto en cuestión.
Lista de lo que necesito: mientras voy depurando voy haciendo una listita en mi celular de las cosas que ya necesito reemplazar. Así no me siento mal de quedarme sin algo antes de reemplazarlo y lo traigo más en mente cuando estoy de compras.
Al final del día las cosas que acumulamos deben tener la misión de ayudarnos o traernos felicidad. De nada nos sirve acumular. Necesitamos valorar la importancia del espacio para estar físicamente abiertos a nuevas posibilidades.
Saludos despejados,
La Citadina.