Solución de Enojo

A veces siento que todos en la ciudad estamos un poco enojados. La cosa es que no nos damos cuenta de la historia detrás del enojo. A mí en lo particular se me olvida que esta ciudad es caótica y que mucha gente tiene que tomar el transporte público diario, que recibe sueldos injustos, que no les gusta su trabajo, que tienen problemas familiares, etc.

Cada cabeza es un mundo y es complicado saber las razones detrás de cada acción y de cada persona. Pero de lo que sí me doy cuenta es que a veces la ciudad puede ser muy agresiva. Y enojo lleva a más enojo y más enojo.

El otro día mientras caminaba por la Condesa a medio día un escandaloso claxonazo me hizo concientizar este círculo vicioso de enojo = más enojo. Un taxista dio una vuelta en U inesperada y otro conductor se tuvo que frenar repentinamente y éste decidió desquitar su furia con el claxon. Yo he estado en esa situación muchas veces y manifestar mi enojo con ruido no ayuda mucho. Y luego me doy cuenta que tristemente sólo contribuí a la contaminación auditiva de la ciudad y el caos constante que es la ciudad. Porque la ciudad no es caótica, nosotros la hacemos así.

Mientras pensaba todo esto seguí caminando y de repente vi un poste de luz con un letrero que decía que ahí podías tomar una bolsa para recoger y tirar las heces de tu perro. Más abajo en el mismo poste había un bote  de plástico amarrado e improvisado con una abertura y bolsitas de plástico.

Esto es un tema constante en la Condesa. Los vecinos viven al acecho de dueños irresponsables que no recogen detrás de sus perros (y con justa razón). Pero es una paranoia. Nunca se me olvida una discusión acalorada que tuve con una vecina loca a las 6:30 de la MAÑANA  cuando saqué a pasear a mi perrita y la señora desde un segundo piso me gritó porque no recogí los regalitos de Lola. Punto número 1) Lola había hecho pipí y punto número 2) Estoy segura que si hubiera hecho otra cosa la señora desde un tercer piso, con la obscuridad que había antes de amanecer y entre un pasto MUY largo no lo hubiera visto.  Me insultó y me dijo marrana. Así empecé mi día. Furiosa. Todo por una discusión ilógica en dónde penosamente participé y me sentí muy mal por haber accedido a la discusión. La pude haber ignorado. Pero a veces siento que el humor de la ciudad nos lleva a estas descargas de ira.

Pero hoy que vi ese poste con el letrero amable y las bolsitas me iluminé y pensé en que ese poste es una solución. Es un acto de amabilidad y una decisión para dejar pelear. Bien dicen que si no puedes contra ellos te unas. Y ese poste es unirse a la comunidad de los dueños de perros y entender que a todos se nos puede olvidar una bolsita. Y entonces podemos ser parte de una solución amable en vez de los líderes de una batalla.

Entonces me queda la pregunta constante de ¿en qué situaciones puedo ser parte de la solución en vez de quejarme y sólo hacer ruido? Seguramente de muchas.

Saludos,

La Citadina.

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