El 18 de agosto del presente año cumplí 5 años sin tomar bebidas alcohólicas. Lo festejé con una hora en la elíptica y kilómetro y medio en la alberca, me sentí muy fuerte y lleno de vida. Al llegar al vestidor perdí un poco el tiempo en Twitter, me llamó la atención que me apareció, no creo en la casualidad, un artículo de Robert Downey Jr. En la década de los ochenta salió a la luz, se decía que sería el mejor actor de su generación, en 1993 estuvo nominado al Oscar por su interpretación de Charles Chaplin en Chaplin.

Después de haber demostrado su capacidad, el actor se fue para abajo. A mediados de los noventa, cuando se mencionaba su nombre era para hablar de sus excesos o problemas con la policía. Estuvo en la cárcel, se divorció y pisó varios centros de rehabilitación. Fue hallado en un callejón tirado. En 2003, Downey Jr. decidió cambiar su destino, tiró sus drogas al mar y retomó el control de su vida. Después vinieron los éxitos de Sherlock Holmes y Iron Man.

Leí la nota y me fui muy contento a mi casa, ahí me esperaba mi familia para ir a desayunar panzita, uno de mis platillos favoritos. Haber tocado fondo hace 5 años, me enseñó donde NO quería estar. No quiero volver a sentir ese vacío de las crudas. Cada resaca me quería morir, sentía una soledad tremenda. NO quiero despertar sin saber que pasó. Hoy en día disfruto cada segundo de mi vida, cuando despierto me acuerdo absolutamente de todo. Sé que tengo muchas áreas de oportunidad, que mi simpatía no es suficiente para salir adelante, es necesario que trabaje duro y me siga preparando.

El fútbol es una de mis pasiones, hago una metáfora pambolera. Ya estuve en la banca sin poder jugar, ahora estoy retomando buen ritmo de juego y en este partido yo mando, los goles están cayendo.

He tenido presente el artículo de Robert Downey Jr., tomo lo vivido por el actor como fuente de inspiración para seguir por el camino de la sobriedad.

Saludos intergalácticos.

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