Suavemente

El teléfono nunca sonó, el mensaje nunca fue contestado, las dos palomitas se pasaron de azul a morado de tanto esperar. Así varios días hasta que ella necesitó algo de él. Lo siento, he andado con mil cosas en la cabeza. ¿Me podrías ayudar con esto? Mil gracias, eres súper lindo conmigo, te quiero. A ver si el próximo fin hacemos algo, seguro, ya lo aparté para ti. Llegó ese fin de semana y el teléfono nunca sonó.

Fin de semana de espera y de soledad para él. ¿Para ella? Mmmm, nunca lo sabremos. Porque era un enigma. ¿Lo era? No creo, le convenía serlo. Llegaba cuando él estaba a punto de romper cualquier comunicación, como si ella lo presintiera. Aparecía y él caía como tonto, justificándola.

Él le decía a sus amigos que la podría salvar de sus demonios y, sobretodo, de la soledad. No sabemos si ella quería ser salvada, hay personas que no saber vivir sin la mierda. Podría decir que esta historia tuvo un final feliz, pero los finales felices sólo ocurren en las películas. En una de tantas desapariciones, ella no volvió a aparecer, pasaron los años y fue como si la tierra se la hubiera tragado.

Él sólo quería ser tratado suavemente…

 Saludos intergalácticos.

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