Las palabras de «La Citadina» me recordaron lo tonto que era, intento serlo menos cada día. Mi amiga me preguntó: ¿Ya lees a mujeres?
Durante mi etapa universitaria cuando se incrementó mi gusto por la lectura, novelas principalmente, solía decir que prefería leer escritores del género masculino porque lo hacían mejor que las mujeres. En alguna ocasión esta idea errónea, me causó un problema mayor con una profesora de literatura. En fin, en la juventud uno dice las cosas sin pensar.
La primera novela que leí de la escritora colombiana Laura Restrepo fue «Delirio», Premio Alfaguara de Literatura 2004; quedé fascinado, me maravilló que alguien pudiera escribir de esa manera. La narrativa resulta poco convencional y el lenguaje refleja la identidad de una nación. A partir de ese acercamiento a la pluma de Restrepo descubrí personajes entrañables a pesar de su condición de villanos; en la mayoría de las ocasiones las circunstancias los orillan a cometer las peores fechorías. Después de «Delirio» he leído: «La isla de la pasión», «Leopardo al sol» (el libro estaba autografiado para La Citadina), «Dulce compañía», «La novia oscura», «Pecado» y su última novela «Los divinos», que devoré en 4 días.
«Los divinos» está basada en hechos reales que sacudieron a Colombia. En diciembre de 2016 el arquitecto Rafael Uribe Noguera, proveniente de una «buena» familia de Bogotá; secuestró, violó y asesinó a Yuliana Samboni, niña de siete años y originaria de uno de los barrios más pobres de la capital colombiana. Uribe Noguera le sirve a Restrepo para elaborar al «Muñeco», que junto con cuatro amigos conforman a los Tutti Fruttis, un grupo de bogotanos de dinero que se conocen desde el instituto. La historia es narrada por el Hobbit, uno de los Tutti Fruttis, cuya familia ha venido a menos pero conserva un apellido de abolengo, el personaje funge como un outsider que narra los atropellos de la alta sociedad de la cual él (Hobbit) ya no se siente parte.
El libro es una crítica para las sociedades latinoamericana en donde existen muchas diferencias sociales determinadas por el poder y el dinero. En «Los divinos» se reflejan dos mundos, el de los poderosos y el de los invisibles. Los primeros son quienes mandan y son dueños de todo, los segundos sólo reciben órdenes. Al leer la novela recordé el caso de «Los Porkys», jóvenes veracruzanos influyentes que violaron a una menor. De los cuatro implicados, sólo uno enfrenta proceso penal ante la justicia por pederastia.
Saludos intergalácticos.
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