Ventajas de tener el modo avión en un celular
Hace un par de semanas me encontré con un estudio sobre el daño que nos hacen los celulares y sobre todo el wifi. Entré en una crisis brutal en la cual en mi mente ya me veía aventando el modem del internet por la ventana mientras le gritaba: ¡Asesino! Pero luego me quedé pensando: ¿Cómo vería Netflix sin internet? Y eso aplacó un poco mi trauma porque mi trauma por las series también es bastante importante.
La clave según yo para casi todo es equilibrio. Vivo en el mundo moderno en medio de una ciudad en la que por más que quisiera huir de todo lo que me hace daño sería completamente imposible. Pero lo que sí puedo hacer es tomar pequeñas medidas que sumadas pueden ser mejor que nada.
Y es así como decidí tener mi celular en modo avión durante ciertos periodos del día. No voy a mentir y decir que fue fácil. Me estresaba muchísimo la idea de estar incomunicada sobre todo por aquello de las “emergencias”. Pero luego me acordé que tengo un teléfono común y corriente en mi escritorio y que si fuera una emergencia había opciones para comunicarse conmigo. Así que le avisé a la gente cercana y con la que más hablo que iba a implementar esta técnica y les di horarios. Lo reviso cada 2-3 horas, lo dejo prendido unos 10 minutos en lo que contesto mensajes y me contestan y luego lo vuelvo a apagar.
En términos de salud considero que estoy tomando un mini paso para no estar expuesta a todos los males de la tecnología, pero fuera de eso el resultado ha sido super interesante en términos de productividad, tranquilidad y creatividad.
Desde que apago mi celular en la oficina trabajo mucho mejor porque no me había dado cuenta de lo mucho que me distraía. Inclusive mientras estoy escribiendo este post estoy pensando en que le quiero escribir a un amigo para preguntarle algo. Normalmente pararía lo que estoy haciendo para escribirle y perdería el hilo de lo que estoy escribiendo. Ahora sólo voy apuntando en un post it a los que le quiero escribir y cuando me toca prender mi cel lo hago. Resulta que así no estoy haciendo tanto del famoso y super malo “multitasking” y soy mucho más rápida haciendo lo que tengo que hacer porque me concentro mucho más.
Me he vuelto más creativa para dejar de depender del celular para todo y a todas horas. Aplico el antiguo pero seguro preguntarle a alguien en vez de Googlear todo, activo otras partes de mi cerebro cuando dejo de usar Waze para llegar de un lugar a otro en el coche y las conversaciones de la hora de la comida se han vuelto más interesantes sobre todo cuando le reclamó a todos porque me doy cuenta que de un minuto a otro están todos en el celular y yo como mensa viéndolos estar en su cel.
Pero sobre todas las cosas, después de superar la ansiedad de no tener prendido el celular y de dejar de revisarlo compulsivamente para ver si tenía mensajes, me di cuenta que me sentía muchísimo más tranquila. Y esa tranquilidad viene de que recuperé el control de algo muy curioso que a lo mejor para muchos de ustedes no sea importante pero para mí lo ha sido y mucho. Resulta que no estoy localizable todo el tiempo. Siento una gran libertad porque ahora yo controlo cuándo me puede localizar la gente y cuándo responderles. Me siento liberada de la compulsión de estar contestando mensajes a todas horas y siento que dispongo más de mi tiempo en el cual me desconecto del mundo y me concentro en mí y lo que quiero hacer.
Sé que muchos no van a coincidir con estas ideas pero los invito a apagar un ratito su cel y ver qué pasa. La respuesta es nada y mucho. El mundo no se cae porque no nos puede localizar un par de horas y nosotros podemos ganar mucho.
Saludos (en modo avión),
La Citadina.