Carmelita Salinas no sólo es Diputada Federal por parte del PRI desde el 1 de septiembre de 2015, la oriunda de Torreón también es una actriz mexicana con una amplia trayectoria en el cine y la televisión. Carismática, dicharachera y ocurrente; participó en varias cintas del denominado cine de ficheras como: Albures mexicanos, Bellas de noche, Noches de cabaret, Las cariñosas, Muñecas de medianoche, A paso de cojo, Las tentadoras, El sexo sentido, Que viva Tepito, La pulquería, El rey de los albures, Burdel, Huevos rancheros, Las vedettes, Se me sale cuando me río, Entre ficheras anda el diablo, Huele a gas, Esta noche cena Pancho, El mil hijos, Sólo para adúlteros, Comezón a la mexicana, Goza conmigo, entre otros peliculones. Carmelita dice lo que piensa, sin filtro alguno y sus declaraciones casi siempre dan de que hablar. En alguna ocasión comentó que a una actriz que participaba en «Aventurera», obra de teatro en la que Salinas actuaba y también era productora, nada le parecía. «Se parece a la gata Melchora» dijo la Corcholata, personaje que protagonizó en Bellas de noche. El entrevistador preguntó con asombro, ¿La gata Melchora? ¿Por qué? Con la elegancia que la caracteriza, la de Coahuila respondió: Porque si se la meten grita y si se la sacan llora (El que entendió, entendió).
La frase de Carmelita, vulgar y corriente, dice mucho como somos los mexicanos. Nada nos parece, con nada estamos contentos y de todo nos quejamos, siempre viendo la paja en el ojo ajeno y criticando a los demás. Somos los mejores para encontrar soluciones en la teoría, porque en la práctica nadie se pone las pilas. Todo está mal y lo decimos, pero no hacemos nada para mejorar la situación. Somos el país de las gatas Melchoras.
Quejas por aquí, quejas por allá, quejas en todos lados. Hace calor. Hace frío. Está lloviendo mucho. No ha llovido. Hay tráfico. El metro está llenísimo. Las ecobicis no sirven. No me gusta mi trabajo. Mi jefe es un tonto. Todos son tontos. Él/Ella está gord@. Él/Ella está flaquísim@. Se viste horrible. Toma mucho. Come mucho. No toma. No come. Y nosotros, ¿Cómo somos?
Las críticas se hacen presentes en todos los ámbitos. Me volví fanático al fútbol en 1994 cuando el mundial fue en Estados Unidos, desde entonces hemos soñado con el quinto partido en una copa del mundo. Seis mundiales, más 24 años y varios directores técnicos han pasado. Llega un entrenador y compone el desastre que dejó su antecesor, se convierte en héroe nacional pero con el paso del tiempo se convierte en el enemigo público número uno. Al mundial de Brasil 2014, la selección mexicana clasificó de milagro y gracias a un gol de Estados Unidos de último minuto. Para el mundial de Rusia 2018 marchamos como líderes del hexagonal final, la clasificación es casi un hecho, pero muchos periodistas y gran parte de la afición piden la cabeza del actual entrenador, el colombiano Juan Carlos Osorio. El argumento es que el sudamericano abusa de las rotaciones en la escuadra y que contra rivales importantes el equipo se achica. Con los DTs previos a Osorio, nos quejábamos de la falta de variantes y ahora del exceso de éstas, quién nos entiende. Hay que entender algo, México NO es una potencia futbolística y debemos de ser pacientes con los procesos.
Hablando en la forma que lo hace Carmelita Salinas, «Ningún chile nos embona.»
Saludos intergalácticos.