Me estaba probando, quería ver si iba a tener la disciplina para entrenar o al menos para estar a las 6:00 am en speedo, goggles y gorra de latex a la orilla de la alberca. Veo que ya tienes más condición física y eres constante. ¿Te parece si el lunes comenzamos a mejorar tu técnica? me dijo el coach. Llevaba mes y medio de conocerlo y no sabía como se llamaba, al segundo día del entrenamiento puse mucha atención en la plaquita que tenía en el pecho y decía su nombre, Víctor.
Con Vic nado menos pero me canso más, he empezado a trabajar en mi técnica acuática y la fuerza en las piernas, las cuales hace dos años y medio tenía completamente destrozadas. No hay ningún aparato con el que trabajes más los cuádriceps que nadando con la tabla; a darle, cuatro doscientos con tabla, cabeza afuera, mencionó enérgicamente Víctor. Las piernas me ardían de forma grosera, estaba listo para empezar la serie, antes de impulsarme y comenzar; vi mis piernas y ahí estaban esos tremendos agujeros arriba de las rodillas que me hacen pensar en ella.
La tragedia, siempre, tiene rostro de mujer. No diré su nombre y apellido pero si su origen, Murcia, España. Me embrujó y permití que me rompiera el corazón. La locura de su amor, mis vicios y mi intensidad me dejaron aproximadamente 9 meses sin caminar. Para el mal de amores no hay doctores y es, básicamente, porque quien resulta herido lo ha permitido. Cada quien es responsable de sus consecuencias, si una persona nos da un maltrato podemos alejarnos y buscar salud.
Siempre podremos elegir y les puedo decir que las relaciones (amistosas y afectivas) son para disfrutarlas al máximo, sufrir por amor es estúpido pero es más patético. No se debe de mendigar amor porque si hay alguien que nos trata como basura, habrá alguien que nos valore y nos dé cariño y afecto.
Me tardé tiempo en olvidarla, no le guardo rencor, le agradezco haberme convertido en un tipo trastornado porque no quiero serlo otra vez. Cortázar dice en Rayuela,»Ningún llanto es eterno, hasta las viudas se casan de nuevo.»
Hace unos meses en un pueblo inhóspito de México conocí a una chica que me robó el aliento por el simple hecho de sonreír. Chateamos diario unas semanas y nos volvimos a ver en la CDMX. Yo estaba dispuesto a formalizar una relación, ella no estaba lista, agradezco su honestidad. Ha sido difícil no estar en contacto con ella porque es una persona con mucha luz y entusiasmo, estaré bien. He aprendido que el corazón, tarde o temprano, sana; los cuádriceps se tardan mucho más.
Saludos intergalácticos.
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