En Gavilán o Paloma de Rafael Pérez Botija que se hiciera famosa en la voz de José José, al protagonista le dan gato por liebre y se enamora de un trasvesti. Pensaba que se había ligado a una bella mujer pero fue un hombre quien lo cazó. En la canción sucede algo que ocurre en la vida muy a menudo, el seductor se convirtió en víctima. Cuando diga seductor en este post, olvidemos el género, siempre he creído que las campeonas en este arte son las mujeres.

La seducción puede verse como algo positivo o negativo; todo depende de las armas que se utilicen. Se entiende por seducción a la acción de inducir a otra persona a hacer algo. Cuando escuchamos esta palabra, la mayoría de las ocasiones, se le da una connotación sexual. Algunas malas practicas son la mentira y el engaño. Al final, quien seduce, vende un producto, él mismo. Pásele marchante, por ver no se paga…

Lo curioso es que el seductor cree que es él quien tiene el sartén por el mango, pero siempre puede salir algo mal, es mejor siempre andar con cautela. Pero cuando uno va al ataque por lo general, descuida la retaguardia. El seductor (mentiroso, engañador) cree que es el único que seduce, cuando quizás se lo están pichoneando. En la guerra y en el amor todo se vale, incluso ponerse en calidad de presa para después sacar los colmillos. Cuantos lobos disfrazados de corderos no andan por ahí, dando la impresión que no matan ni una mosca pero los muy cabrones coleccionan matamoscas. Quien miente piensa, ingenuamente, que sólo él miente, pero puede tener en frente a un profesional de la mentira. Los aprendices de seductores deben de saber eso de antemano, que son aprendices.

Las mujeres le llevan la ventaja a los hombres por una simple razón, comienzan mucho antes en el juego de la seducción. Se curten a base de decepciones y cuando llegan a los veinticinco o treinta ya son una campeonas capoteando las embestidas de los varones. A los de mi género les doy la recomendación de abrir bien los ojos y no creerse imbatibles porque al mejor cazador se le puede ir la liebre. No sean tontos…

Saludos intergalácticos.