Me despierto hoy con la respiración entre cortada porque en mi sueño estoy llorando desesperadamente. Soñé que mi mamá empezaba a perder la memoria. En mi sueño yo lloraba desconsolada mientras la abrazaba a la mitad de la calle a media noche, dejando ir sus recuerdos y a la mamá que recordaba de chica, activa, intrépida, energética y sana.
Desde que recuerdo mi mayor miedo en la vida ha sido que se muera mi mamá. Lo peor que me pudo haber pasado fue Bambi y Pie Pequeño. Hasta la fecha no puedo ver las películas y estoy segura que las vi sólo una vez de chiquita, sólo para quedar marcada de por vida.
Cuando vi Pie Pequeño estaba en primero o segundo de Kinder y la situación fue tan grave que la directora tuvo que marcarle a mi mamá para que fuera por mi a la escuela porque nadie me sacaba de mi devastación. Yo lloraba porque mi mamá había muerto y si no lo había hecho entendí en esa historia que existía la posibilidad y que tenía que estar preparada.
Fue entonces cuando decidí practicar para la ausencia de mi mamá. Cuando salía de mis clases de ballet y mi mamá por algo no estaba yo empezaba a pensar que le había pasado lo peor, un accidente de coche y que había muerto. Y practicaba, lloraba desconsolada hasta que realmente ya no me podía sacar de la historia y a la hora que llegaba por mi yo estaba destrozada. Entonces empezó la dinámica en la que mi mamá tenía que llegar a tiempo por mi porque si no me encontraba deshecha.
Afortunadamente sigo practicando lo cual me recuerda que por estadística probablemente (en una de esas me voy yo primero, uno nunca sabe) algún día me enfrente a la vida sin ella. Mientras tanto hoy la sigo teniendo y la disfruto cada minuto.
Saludos con mamitis,
La Citadina.