Todos tenemos esa voz interna. Los que no la oyen me van a odiar. Lo sé porque yo era esa persona que cuando me decían que existe una vocecita interna que te ayuda a escoger el mejor camino me enojaba y decía que eso no era cierto. Porque la realidad es que moría de ganas por escucharla y lo único que encontraba cuando la buscaba era silencio o un ruido infernal.
No voy a negar que a veces la escuchaba pero luego no sabía si la estaba confundiendo con la voz del miedo, la incertidumbre, la moral o simplemente con la voz de alguien más. Porque el tema es que la mayor parte del tiempo estoy muerta de miedo y si le hiciera caso a una voz muy ruidosa me la viviría encerrada en mi casa sin nunca salir.
Pero hoy la escuché. Y no sólo eso, la vibré y sentí esa voz interna en su mayor expresión. Me di cuenta de que tiene ciertas características que quiero apuntar para no dudar de su legitimidad a la próxima:
- La voz te hacer sentirte bien (no miedo, no angustia, no estrés)
- Es firme y amorosa
- Amable pero estricta
- La voz hace que todo tu cuerpo se relaje y cuando vas en contra hace que todo tu cuerpo esté tenso
- Cuando la escuchas todo se acomoda casi milagrosamente
Hoy mientras estaba en una reunión de trabajo me atreví a decir lo que pensaba y me decía mi voz interna desde hace un par de meses. Lo hice con números y datos duros y cuando me quedé satisfecha de haber expuesto mi caso todo se empezó a acomodar casi como por arte de magia.
En menos de 5 minutos todo el estrés, preocupaciones, inquietudes y básicamente un sentimiento de mala espina que me llevaba picando semanas y semanas se desvaneció en menos de lo que pude contar 1,2,3.
Llámenle voz interna, intuición, sabiduría primitiva, instintos, vibra, energía, Dios, Universo, mariposas en el estómago, lo que quieran…. Todos lo tenemos y hay que hacerle caso.
Saludos míos y de mi voz interna,
La Citadina.