«You´ll never never know how much you hurt me…» Stars. Simply Red
La conocí en la red social de la flamita. Algunos amigos en común, es Cuerna, de alguna u otra forma todos nos conocemos. Desde el principio, según yo, dejé todo claro; no quiero nada serio, o al menos no con ella, eso no se lo iba a decir. Nuestro primer encuentro fue en el cine, hubos unos cuantos besos. En las citas posteriores hubo más acción aunque no sé consumó el acto. Me lo dejó claro, no me vas a gratinar el molletito hasta que seamos novios (no lo dijo con esas palabras, me gusta pensar que así lo dijo).
Las idas al cine y cafecitos terminaban cada vez más calientes. Llegó el día en que pasó todo, aunque antes de que pasara me pidió noviazgo, el calor de las sábanas impidió que se forzara el compromiso, yo prefería no hacerlo a tener que llegarle sin ropa.
A las pocas semanas dejé Cuernavaca y me fui a vivir a la CDMX. Ella intentó todo para seguir la relación o lo que fuera pero yo nunca tuve esa intención. Después le dije que era mejor dejarnos de ver. Me dijo hasta de que me iba a morir. Nos dejamos de hablar.
Tiempo después la chica me mandó una foto en bikini en la que lucía espectacular. Me escribió, me puse buenísima por tu culpa, no sabes el daño que me hiciste.
¿Daño? Todo el tiempo fui claro y honesto. A veces lastimamos sin darnos cuenta o herimos siendo como somos. En las relaciones de noviazgo, frees o acuerdos carnales, siempre, alguien saldrá lastimado. Es imposible no involucrar sentimientos, incluso el odio entra al quite. No he sabido nada de ella, espero que esté bien y que su rencor hacia mi haya disminuido o cambiado de destinatario.
Decir que no lastimaremos o no seremos lastimados, sería como negar las estrellas del firmamento. Siempre correrá sangre y heridas latentes.
Saludos intergalácticos.