El verano está empezando y es la época por default en la que queremos vernos bien en traje de baño por aquello de las vacaciones (suertudos los que las tienen). Es por eso que hoy les quiero compartir los secretos que saqué del libro de Mireille Guiliano “Las francesas no engordan” con unos tips realistas y sencillos para aquellos que no se quieren matar de hambre y de cansancio en el gym.
- El ritual del buen comer:Por otro lado, nos habla de la importancia de hacer un ritual a la hora ingerir alimentos. Nunca comer viendo la tele, parada o con prisa. Simplemente comer. Me sorprendí muchísimo cuando hice esto ya que normalmente como viendo algún programa o leyendo. Lo que pasa cuando estamos haciendo otra cosa es que no nos concentramos en el sabor ni en la cantidad de lo que estamos comiendo, lo hacemos por inercia. Al empezar a comer (sin hacer otra cosa) me di cuenta de que muchas veces como cosas que no me gustan y proporciones más grandes.
- Agua:Podremos estar cansadas (por lo menos yo) de escuchar por todos lados la importancia de tomar agua. Esta autora nos lo reitera y ofrece muchos datos curiosos sobre el agua. Recordemos que muchas veces la sensación de hambre en realidad es de sed. Así que antes de que te eches esa botanita tómate un gran vaso de agua y espera.
- Mange ta soupe (cómete tu sopa): Nos explica cómo las sopas pueden ser nuestro mejor aliado a la hora de comer ya que nos ayudan a sentirnos satisfechas más rápido. Empieza a incluir una sopa a la hora de la comida y la cena y registra cómo empiezan a disminuir las cantidades de todo lo demás que comes.
- Las francesas sólo comen lo que les gusta:Es curioso pero desde que empecé a leer el libro me volví mucho más exigente con la comida. Si algo no me gusta no me lo como y ya. Pero si tengo antojo de un chocolate busco uno bueno y lo disfruto com-ple-ti-to. Sin culpa.
- La variedad:Nos explica como cuando comemos lo mismo muy seguido dejamos de sentirnos satisfechos y empezamos a comer más. La variedad está en sabores y colores así que la tarea es ponernos creativas y no permitir aburrirnos con la comida.
- Las porciones:A las francesas les encanta comer de todo. El truco está en las porciones. Ahora entendemos porqué una buena comida francesa está conformada por tantos tiempos. Nos explica que si estamos demasiado satisfechos como para no llegar al postre, no lo estamos haciendo bien. El arte de comer bien según este libro debe incluir el postre [¿Qué tipa no? Para este punto de mi lectura decidí que definitivamente iba a seguir sus sabios consejos].
- Sube escaleras:La autora nos convence de que subir escaleras es el mejor ejercicio, al igual que caminar. Hasta presume que varias veces a la semana sube los 15 pisos para llegar a su oficina. Si no estás convencida aún, te recuerda que dormir consume 60 calorías por hora, nadar 430 y subir escaleras 1,100. La próxima vez que te vayas a subir a ese elevador piénsalo dos veces.
- Duerme bien:Todos nos lo dicen pero la autora nos recalca la relación intrínseca entre las horas de sueño y nuestro peso. ¿Qué mejor manera que regular nuestro peso descansando?
- No dejes que te de hambre:Cuando nos da hambre tomamos malas decisiones. Me sorprendí la cantidad de veces en el día que me da hambre. La mayor parte del tiempo es entre comidas y sucumbo a botanitas [no tan amiguitas] y de ahí provienen la mayoría de mis pecados. La autora sugiere que comamos 3 veces al día bien servido.
- Cambios simbólicos tienen un gran impacto a la larga:Subir esas escaleras, caminar a la tienda, esa rebanada de pan que te ahorraste, todo te ayuda. No subestimes los pequeños cambios. Son los que no sufrimos y hacen que el proceso de llegar y mantener nuestro peso ideal sea sencillo y nada tortuoso.
Si algo me enseñó este libro es la importancia de disfrutar la comida y dejar de satanizarla. El truco está en conocer lo que nos gusta, tomar buenas decisiones y sobre todo de aprender a disfrutar.
Saludos veraniegos,
La Citadina.