Me imagino que en la antesala de la muerte no se recuerdan momentos sino personas.
Me encontraba de ocioso en la red, buscando a los ganadores del prestigiado premio “Rómulo Gallegos”, cuando de pronto el título de uno de los libros ganadores me atrapó; el libro era “Mañana en la batalla piensa en mí” de Javier Marías. He leído poco del autor español, pero el nombre de su libro galardonado me enganchó de manera inaudita, no sabía de que trataba la novela, lo que me embrujó fue el nombre: Mañana en la batalla piensa en mí.
El nombre me sugiere que alguien morirá o se enfrentará a un encuentro mortal pero tiene alguien que piensa en él o en ella, y él o ella tiene alguien en quien pensar. La muerte es inminente y es lo único seguro que todas las personas tenemos por lo tanto la vida debe verse como un tiempo para coleccionar memorias y aventuras. No creo que la finalidad última del ser humano sea conseguir dinero o poder, sino momentos. Los momentos de mayor alegría, a título personal, son los que se generan por ese sentimiento que conocemos como AMOR. Pasar por este mundo sin amar y sin ser amado es el mayor error que se pudiera cometer.
Creo que todo el tiempo pensamos en alguien, aunque a veces esa persona no piense en nosotros; el momento más feliz es cuando los pensamientos son correspondidos. Siempre es lindo tener a alguien, siempre es lindo amar y ser amado. ¿Qué sería de nosotros si no pudiéramos amar? El amor es el alimento del alma, el amor nos hace vivir.
Saludos intergalácticos
Escrito el 27 de enero de 2013.