Desde el punto de vista del lenguaje, demagogia es igual a degeneración.
La modita de la excentricidad es una bofetada a los excéntricos.
Si el hubiera no existiera, ¿cómo entonces sufriríamos?
La fe ciega en sí mismo arruina al embustero.
Toda mala conciencia está llena de las mejores intenciones.
No concibe el encono justicia sin venganza.
La frustración es una expectativa mal refrigerada.
Una cosa es que sea yo mi mejor amigo y otra que me convenga como amistad.
Quien te ha visto mentir tiene todas tus claves.
Ciudadanía sería igual a pueblo si no llevara pantalones largos.
El machismo es un arma de dos falos.
Antes hallas un perro traicionero que un adulador leal.
En tierra de ciegos, el tuerto es candidato a la guillotina.
Más que sólo tocarse, los extremos se pasan la vida toqueteándose.
Unidos en pandilla, los disparates se hacen ideología.
La generosidad del egoísta no precisa del prójimo para sobrevivir.
El poder es la droga dura del carente.
No merece respeto la creencia, sino el derecho a creer o no creer.
Los malos pensamientos suelen ser precursores de las buenas ideas.
La corrección política es el manual de buenos modales del siglo XXI.
El bloqueo creativo da cuenta del horror al qué diré.
Lo único envidiable de la cárcel es la práctica libre del lenguaje exclusivo.
Los cínicos se jactan de sus peores defectos a manera de acto de no-contrición.
La primera soberanía es la del cuerpo: a nadie más incumbe lo que entre o salga de él, cuantimenos por dónde.
La envidia es una tara fatal de la autoestima.
Quien da la mano al tirano pide trato de secuaz.
Feminismo y fanatismo han de ser adversarios dondequiera que estén.
El odio es una enfermedad terminal del espíritu.
Por más que se quite años, la mojigatería jamás será moderna.
Fascismo es el Estado a la ofensiva.
“Soy el primero en reconocer que nunca me ha gustado competir con nadie”, se adelanta a aclarar el fanfarrón.
El habla dominguera no es más que otro instrumento de percusión.
La buena fama es el salvoconducto de la mala entraña.
Los avaros sí tienen sentimientos, lo que no quieren es pagar por ellos.
La igualdad es una utopía pecuaria.
¿Quién dijo que el dinero no escoge a sus amigos?
Con la intención no basta ni cuando es mala.
Este artículo fue publicado en Milenio el 16 de julio 2022, agradecemos a Xavier Velasco su autorización para publicarlo en MEX APPEAL.
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