Esta semana intenté no chismear. Esto con el afán de ser una mejor persona, concentrarme más en mí y sí… prácticamente esas eran mis 2 razones. Cabe destacar que no me considero la persona más chismosa, pero siempre hay lugar para mejorar así que me puse a trabajar. La regla era simple: no hablar de los demás. Pero las cosas sencillas a veces son las más complicadas.
El primer día me sentía increíble, estaba calladita y muy bonita. Veía la oportunidad de opinar sobre alguien y la dejaba pasar, así como sugieren que al meditar observes un pensamiento y lo dejes pasar. Me sentía orgullosa de haber tomado esa gran decisión para ser una mejor persona.
El segundo día no lo vi complicado tampoco. Se presentaron otro par de pláticas en las que pude haber dicho algo pero me mordí la lengua y continué muy orgullosa con mi cometido. Pero para el tercer día la cosa ya no era tan fácil. Me empecé a dar cuenta de lo mucho que tiendo a opinar sobre los demás y esto me sorprendió porque de verdad que no me considero chismosa pero cada día lo dudaba más y más. Empecé a analizar la definición de chisme y a ver las variantes.
¿Se considera chisme querer saber cómo va alguien con algún tema en específico de su vida? Antes de empezar mi reto consideraba que querer saber algo así era por interés y empatía pero después de un par de días la línea entre genuina preocupación y chisme se empezaba a ver más y más borrosa.
Decidí buscar una definición para chisme y encontré esto: Comentario o noticia no verificada que circula entre la gente, generalmente de carácter negativo.
Para los últimos días de la semana me decepcioné profundamente de mí misma y llegue a la conclusión de que me gusta el chisme mucho más de lo que pensaba. Para el quinto día estaba chismeando sin darme cuenta. Alguien me preguntó por mensaje algo y sin querer ya había dicho algo de alguien “no verificado y de carácter negativo”. Me sentí fatal.
No puedo decir que logré mi cometido pero definitivamente me di cuenta que el área de oportunidad del famoso “chisme” es mucho más grande de lo que esperaba. Por lo pronto estoy tratando de limitar mis opiniones, concentrarme en hechos de carácter positivo y verificados.
Me pregunto qué pasaría con las noticias, revistas, y todos esos programas que se dedican a hablar de los demás si siguieran ese criterio.
¿Qué pasaría si dejáramos de hablar de los demás?
Saludos,
La Citadina